En nuestro periplo consuetudinario por los Boletines Oficiales del Estado y de las Comunidades Autónomas llama nuestra atención como se ha reducido a límites oficinísticos la actividad pública en Castilla y la Mancha desde que la Cospedales ha sido nombrada Presidenta. Todo se circunscribe a la difusión de trámites administrativos (normalmente sanciones) perfectamente asumibles y ventilables por cualquier negociado de tres al cuarto e incluso (y porqué no, que ahora son tiempos de amedrentar con privatizaciones) con el papeleo de una Gestoría de provincias. Las grandes proclamas berreadas en el Pleno de Investidura se las ha llevado el viento del tiempo y a día de hoy esta abogada del Estado en excedencia si sale en los papeles y en las televisiones no es para decidir que en el Gobierno Autonómico que preside está haciendo esto o está haciendo aquello (que no está haciendo nada) sino para desempeñar el mismo papel de comparsa denunciadora y valiente del Mariano. Así lo de Presidenta de CyLM más que de Presidenta de CyLM parece un cauce subsidiario e indirecto para demostrar al electorado lo malo que es el PSOE y lo fantástico y lo de puta madre que irán todos los asuntos públicos cuando manden los suyos. O sea el PP. Es decir, que esta señora está demostrando que sabe quejarse (o que lo único que sabe hacer es quejarse) pero lo que no sabe hacer (o aún no ha demostrado que lo sepa hacer) es gobernar.

Abiso (con B de Burro) para caminantes: No te fies de los que rugen y chillan como posesos porque luego son los que más traicioneramente te darán por culo.